Lugar Santísimo
Lugar Santísimo
Comenzaremos nuestro estudio simbólico con el Lugar Santísimo. El Arca del Pacto, o Arca del Testimonio como también fue llamado, era el artículo más importante de los muebles en el santuario. Contenía los Diez Mandamientos. Los Diez Mandamientos también son conocidos como el “Pacto” o el “Testimonio”. Deuteronomio 4:13.
Muchos creen que los Diez Mandamientos fueron dados primero al mundo en el Monte Sinaí. Eso no es correcto. Los Diez Mandamientos fueron dados a Adán y Eva en el Jardín del Edén. El pecado es la transgresión de la ley. 1 Juan 3:4. Como Pablo dijo, “donde no hay ley, tampoco hay transgresión.” Romanos 4:15. Puesto que todos han pecado - Romanos 3:23 - la ley tuvo que ser en el Jardín del Edén. La ley de Dios es eterna - Salmo 119:18, 152, 160 - incluso Abraham guardó la ley de Dios. Génesis 26:5. Puesto que Jesucristo, que es Dios, es el mismo ayer, hoy y siempre, tambien es su ley. Dios no está experimentando con las leyes para averiguar cuáles podemos guardar.
Del Jardín del Edén la ley fue verbalmente transmitida de generación a generación. Los hijos de Dios mantenieron la ley viva en el mundo. Pero los hijos de los hombres (aquellos nacidos a Caín) comenzaron a casarse con los hijos (hijas) de Dios (aquellos nacidos de Set). Pronto la maldad había dominado el mundo. Génesis 6:5-7. Dios destruyó su mundo y empezó de nuevo con la familia justa de Noé. Noé pasó los requisitos justos de la ley de Dios a sus hijos y nietos. Otra vez el mundo movió lejos de la ley de Dios. Otra vez Dios encontró a un hombre justo, Abram y lo llamó fuera de las naciones malvadas para mantener el pacto de amor vivo en el mundo. Génesis 17:1, 2, 7-9; 26:5.
Del Jardín del Edén la ley fue verbalmente transmitida de generación a generación. Los hijos de Dios mantenieron la ley viva en el mundo. Pero los hijos de los hombres (aquellos nacidos a Caín) comenzaron a casarse con los hijos (hijas) de Dios (aquellos nacidos de Set). Pronto la maldad había dominado el mundo. Génesis 6:5-7. Dios destruyó su mundo y empezó de nuevo con la familia justa de Noé. Noé pasó los requisitos justos de la ley de Dios a sus hijos y nietos. Otra vez el mundo movió lejos de la ley de Dios. Otra vez Dios encontró a un hombre justo, Abram y lo llamó fuera de las naciones malvadas para mantener el pacto de amor vivo en el mundo. Génesis 17:1, 2, 7-9; 26:5.
Por el tiempo que Dios trajo a los descendientes de Abraham, Israel, fuera de Egipto, los Israelitas se habían convertido en una gran nación. Porque eran una gran nación, los Egipcios tenían miedo de ellos y los puso en esclavitud. Éxodo 1:8-11. Durante este período de esclavitud ellos poco a poco olvidaron los requisitos verbales de los Diez Mandamientos. Dios estaba a punto de cambiar todo eso.
En el Monte Sinaí Jesús descendió y escribió los Diez Mandamientos con Su propio dedo en dos tablas de piedra. “Estos son las palabras que el Señor pronunció con voz fuerte desde el fuego, la nube y la densa oscuridad, cuando ustedes estaban reunidos al pie de la moñtana. No anadió nada más. Luego las escribió en dos tablas de piedra, y me las entregó.” Deuteronomio 5:22.
“No añadió nada más.” Los Diez Mandamientos y los Diez Mandamientos solo, es nuestro gran guía para la vida. La razón la que fueron escritos en piedra fue para mostrar, simbolizar, su calidad eterna. Jesús dijo de ellos, “No piensen que he venido a anular la ley o los profetas; No he venido a anularlos... Les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, ni una letra ni una tilde de la ley desaparecerán hasta que todo se haya cumplido.” Mateo 5:17, 18. Puesto que todo no se haya cumplido, y el cielo y la tierra todavía no pasaron, ni tampoco pasaron los Diez Mandamientos. “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras (Diez Mandamientos habladas por Jesús) jamás pasarán”. Mateo 24:35.
Los libros de Moisés, las otras leyes que tenían que ver con el gobierno civil, la salud y el culto religioso, fueron escritos en pergamino. Eso era para simbolizar su condición temporal. Pronto ellos serían sustituidas. Eran sólo para Israel. Los Diez Mandamientos residieron en el Arca del Pacto. Éxodo 31:18; 32:15, 16; 40:20; Deuteronomio 10:4, 5. Su mensaje, sin embargo, debería a residir en el corazón. “¡Ojalá su corazon esté siempre dispuesto a temerme y a cumplir todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos siempre les vaya bien!” Deuteronomio 5:29. “Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando”. Deuteronomio 6:6. (Antiguo Testamento).
El Lugar Santísimo fue hogar al Divina Presencia de Dios. Éxodo 25:21, 22; Levítico 16:2. El Lugar Santísimo representaba, simbolizaba, el cuerpo del hombre como templo de Dios. Dios quiere habitar en nuestros templos corporales. “No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes?” “¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios?” 1 Corintios 3:16; 6:19.
Encima el Arca del Testamento, donde habitaban los Diez Mandamientos, estaba el Asiento de la Misericordia. Como se dijo anteriormente, Dios es misericordioso y compasivo. Él se sienta en el Asiento de Misericordia dispensando misericordia y gracia a un pueblo perdido y pecaminoso. El pecado es el quebrantando de los Diez Mandamientos. La paga del pecado es muerte. La dádiva de Dios, que reside en el Asiento de Misericordia, es vida. La gracia es para mantenernos físicamente vivo, mientras que el plan de salvación es para traernos de vuelta en unidad con Dios, para que podamos tener vida eterna. La cortina que separaba el lugar Santísimo del Lugar Santo simbolizaba el muro de pecado que separa al pecador de su Dios. “Son las iniquidades de ustedes las que los separan de su Dios. Son estos pecados los que lo llevan a ocultar su rostro para no escuchar.” Isaías 59:2. Cuando Adán y Eva pecaron, ellos mismos se separaron de la presencia de Dios y tuvieron que ser escoltados del Jardín del Edén. Pero en Su gran amor, misericordia y gracia, Dios proveyó una manera para que volvamos y comungamos con Él para que Él puede oir y escuchar a nosotros. “Queridos hermanos, si el corazon no nos condena, tenemos confianza delante de Dios y recibimos todo lo que le pedimos, porque obedecemos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.” 1 Juan 3:21, 22. La obra simbólica, o acto, que representa el plan de expiación, ocurrió en el atrio y lugar santo del templo.
En el Monte Sinaí Jesús descendió y escribió los Diez Mandamientos con Su propio dedo en dos tablas de piedra. “Estos son las palabras que el Señor pronunció con voz fuerte desde el fuego, la nube y la densa oscuridad, cuando ustedes estaban reunidos al pie de la moñtana. No anadió nada más. Luego las escribió en dos tablas de piedra, y me las entregó.” Deuteronomio 5:22.
“No añadió nada más.” Los Diez Mandamientos y los Diez Mandamientos solo, es nuestro gran guía para la vida. La razón la que fueron escritos en piedra fue para mostrar, simbolizar, su calidad eterna. Jesús dijo de ellos, “No piensen que he venido a anular la ley o los profetas; No he venido a anularlos... Les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, ni una letra ni una tilde de la ley desaparecerán hasta que todo se haya cumplido.” Mateo 5:17, 18. Puesto que todo no se haya cumplido, y el cielo y la tierra todavía no pasaron, ni tampoco pasaron los Diez Mandamientos. “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras (Diez Mandamientos habladas por Jesús) jamás pasarán”. Mateo 24:35.
Los libros de Moisés, las otras leyes que tenían que ver con el gobierno civil, la salud y el culto religioso, fueron escritos en pergamino. Eso era para simbolizar su condición temporal. Pronto ellos serían sustituidas. Eran sólo para Israel. Los Diez Mandamientos residieron en el Arca del Pacto. Éxodo 31:18; 32:15, 16; 40:20; Deuteronomio 10:4, 5. Su mensaje, sin embargo, debería a residir en el corazón. “¡Ojalá su corazon esté siempre dispuesto a temerme y a cumplir todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos siempre les vaya bien!” Deuteronomio 5:29. “Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando”. Deuteronomio 6:6. (Antiguo Testamento).
El Lugar Santísimo fue hogar al Divina Presencia de Dios. Éxodo 25:21, 22; Levítico 16:2. El Lugar Santísimo representaba, simbolizaba, el cuerpo del hombre como templo de Dios. Dios quiere habitar en nuestros templos corporales. “No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes?” “¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios?” 1 Corintios 3:16; 6:19.
Encima el Arca del Testamento, donde habitaban los Diez Mandamientos, estaba el Asiento de la Misericordia. Como se dijo anteriormente, Dios es misericordioso y compasivo. Él se sienta en el Asiento de Misericordia dispensando misericordia y gracia a un pueblo perdido y pecaminoso. El pecado es el quebrantando de los Diez Mandamientos. La paga del pecado es muerte. La dádiva de Dios, que reside en el Asiento de Misericordia, es vida. La gracia es para mantenernos físicamente vivo, mientras que el plan de salvación es para traernos de vuelta en unidad con Dios, para que podamos tener vida eterna. La cortina que separaba el lugar Santísimo del Lugar Santo simbolizaba el muro de pecado que separa al pecador de su Dios. “Son las iniquidades de ustedes las que los separan de su Dios. Son estos pecados los que lo llevan a ocultar su rostro para no escuchar.” Isaías 59:2. Cuando Adán y Eva pecaron, ellos mismos se separaron de la presencia de Dios y tuvieron que ser escoltados del Jardín del Edén. Pero en Su gran amor, misericordia y gracia, Dios proveyó una manera para que volvamos y comungamos con Él para que Él puede oir y escuchar a nosotros. “Queridos hermanos, si el corazon no nos condena, tenemos confianza delante de Dios y recibimos todo lo que le pedimos, porque obedecemos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.” 1 Juan 3:21, 22. La obra simbólica, o acto, que representa el plan de expiación, ocurrió en el atrio y lugar santo del templo.